viernes, 26 de agosto de 2011

LO DIFICIL ES LEVANTARSE

¡Que no se me entieda mal! No quiero decir que merezca la pena caerse del caballo (porque si la caida es dura, no es comparable con la desazón que se puede llegar a sentir al ponerte en pie).¡Y no te quiero contar!, si además, compruebas lo que te temías, que el caballo lleva una cornada.
Ahora bien, os puedo asegurar , al menos en mi caso, que la riada de solidaridad, comprensión y afecto que yo he sentido es inimaginable y empequeñece la frustración de la caida. Por otra parte, quien no haya vivido esta experiencia no puede hacerse ni idea de lo gratificante, que resulta la expresión de afecto de aquellos a quienes consideras tus amigos.
Y desde estas líneas quiero expresa mi agradecimiento a TODOS, especialmente a aquellos que han hecho posible que lo que es un hecho lamentable, termine siendo una vivencia única: Al chico que recogio el caballo y lo sacó del recinto , del que no menciono su nombre porque lamentablemente no lo conozco, a Pereno que se dio una carrera interminable y que estuvo a punto de llegar para cogerme antes de caer al suelo. A Jorge que fue a recogerme al saltar la valla para llevarme al coche donde me curó su tio Luis. ¡Vaya manos, LUIS! Jamás imagimé que unas manos tan grandes pudieran curar con tanta delicadeza. A Alegre que se llevó el caballo al corral de Emiliano a Emiliano por supuesto por dejarnos curarlo allí. A Chema que lo curó y lo cosio con una maestría que no hizo falta ni anestesia, (y sobre todo le agradezco el abrazo sincero y las únicas palabras que en aguel momento me podían consolar “julio, el caballo no tiene na”). a Carlos que actuó como su ayudante y se hizo cargo de su posterior cura, junto a su hermano Vicente. A Joni que se lo trajo hasta MORALEJA. Y a Goyo por darrme compañiia en el camino de vuelta No quisiera olvidarme de nadie pero si fuera así que me perdone. ¡Muchisimas gracias a todos! A los que os interesasteís por mi y a los que no lo hicisteís por no molestar. A veces se agradece más un silencio que una pregunta fuera de lugar.
Y por supuesto a mi caballo, ROMERO, que me sacó de la cara del toro sin hacer ni un mal gesto, para evitar ser corneado. (aunque tenemos unas sesiónes de picadero pendiente)

2 comentarios:

  1. Familia Gilete Palacín.29 de agosto de 2011, 22:34

    Julio, esperamos verte a ti y a tú caballo Romero en muchos encierros y eventos más. Para eso estamos lo amigos.

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  2. Con amigos como vosotros (familia Gilete Palacín) se puede ir uno al fin del mundo, si fuera preciso. Es un lujo contar con amigos como vosotros, y por supuesto contar mi más sincera amistad. Julio

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